Y yo, después de lo ocurrido —y con tantas cosas en la cabeza— te llamé para que me buscaras las piernas. Pero vos, como siempre, fuiste una desorejada y trajiste lo que quisiste. ¿Para qué quiero una guadaña si choqué?

Y yo, después de lo ocurrido —y con tantas cosas en la cabeza— te llamé para que me buscaras las piernas. Pero vos, como siempre, fuiste una desorejada y trajiste lo que quisiste. ¿Para qué quiero una guadaña si choqué?