Final de curso en Casa de Letras

La semana pasada terminé de cursar el Programa formativo en escritura narrativa de Casa de Letras.
Fueron dos años muy productivos y agradables, en los que tuve siete docentes excelentes. Las instalaciones y el ambiente de estudio son inmejorables y favorecen a que todos, profesores y alumnos, puedan concentrarse en el objetivo del programa: formar escritores. Nunca estuve tan cómodo y feliz aprendiendo. Estoy agradecido por tanta profesionalidad y respeto.
Además, yo soy el tipo de escritor que necesita de lo gregario, y allí pude saciar esta necesidad: conocí mucha gente que vale. Hasta me quedaron algunos amigos.
Recomiendo este programa formativo a todos aquellos que estén buscando una voz propia, o que necesiten encontrar herramientas para llevarla al papel con solvencia. También le puede dar muchas satisfacciones  a quienes deseen mejorar el nivel de su lectura crítica.
Pero las aulas, para el alumno, siempre son efímeras. Esta llegó a su conclusión. Y como en todo ciclo cumplido, la tristeza estuvo invitada al final.
Ahora, a producir.
Y puedo decir esto con una gran sonrisa y confianza porque siento que, gracias a Casa de Letras, crecí.
Paz.